TROFEO AKILES 2009

Hoy hacía frio en la Casa de Campo de Madrid.

Aparcamos en Pza Elíptica, cogemos el metro y con la ayuda de un miembro del Club Akiles, llegamos con el tiempo suficiente (más bien justo) para ponernos a punto para la prueba.

En la cola para dejar la mochila en el ropero le pido a un par de corredores experimentados del lugar que me informen de las características básicas del recorrido. Me avisan de la dureza del primer tramo pero me animan bastante diciéndome que, si supero bien esa parte, luego el terreno es favorable.

Me coloco bien en el pelotón, en el lugar que me corresponde, es decir, de la mitad para atrás (con los chungos de la clase)

Cuando se da la salida tardo un poquillo en poder coger un buen ritmo porque hay muchísima gente, pero rápidamente comienzo a localizar posibles liebres. Primero me coloco detrás de un veterano que me lleva a buen paso todo el tramo del falso llano inicial, hasta que comienza la subida al cerro de Garabitas (km 2). Le dejo atrás porque veo que empieza a flaquear (que cruel suena).

La subida la hago a mi ritmo intentando no salirme de un nutrido grupo que se había formado a mi alrededor y que me sirve para hacer más llevadera la pendiente.

Hay dos cuestas durillas que me hacen perder bastantes segundos, pero no me desmoralizo porque ya iba sobre aviso.

En el km 4 y pico, y con el corazón a tope, comienza una bajada que viene muy bien para volver a recuperar el tiempo perdido. Me acoplo a mi segunda liebre improvisada, una chica que me duró 2,5 km ya que tuvo que pararse a atarse los cordones (también la tuve que dejar abandonada a su suerte)

Este 2º tramo lo hago muy rápido para mis costumbres. Incluso llego a pensar que me estoy equivocando, ya que, normalmente, yo utilizo las bajadas para recuperar. Pero hoy me había decidido a intentar darlo todo, así que me lanzo a tumba abierta sin dudarlo más.

El momento de debilidad me llega entre el km 7,5 y el 9. Estos metros se me hicieron algo pesados, pero no perdí demasiado tiempo ya que tiré de concetración para no venirme abajo.

Veo la meta a lo lejos y aprieto los dientes para terminar con una marca de 51:29 (a falta de clasificación oficial), y un último 1000 a 4:19 (ritmo éste que me cuesta muchísimo alcanzar en mis mejores series entrenando), así que me marcho pletórico al encuentro de Alfredo y Jesús (bekele) que ya llevan un ratito esperándome puesto que habían llegado 7 minutos antes que yo (44 min).
(en la foto de meta, de rojo y amarillo con los brazos en alto)

Después, cafetito caliente y para casa a cumplir con las demás tareas del domingo.