¡¡Vaya tela marinera!!.
A las 7:10 am toca diana. No he podido dormir mucho por los nervios y la inquietud que me acompañaron durante la semana anterior y que ya plasmé en este blog.
Decido no arriesgar con tonterias y desayunar lo mismo de siempre.
El día antes me preparé un plátano para llevarme y tomármelo antes de la carrera pero, como no podía ser de otra manera, me lo dejo olvidado en mi casa.
Total, que a las 7:45 ya estamos en camino Jesús y yo a tierras madrileñas. Nos plantamos allí a la hora justa, localizamos fácilmente la salida y hasta nos da tiempo a re-desayunar.
Nos colocamos en la salida en un punto intermedio. Un poco más adelante de donde me correspondería por mi nivel, pero es que no me mola nada salir culero.
Una vez que ya han pasado 2 km, decido que es la hora de buscar una referencia. Localizó a dos hombres que van delante de mi, un pelín más rápido, pero a un ritmo que puedo mantener, sobre todo porque la primera mitad de la carrera tiene un perfil favorable.
Voy por encima de mis previsiones aunque me dejo llevar un poco, pensando que ya perderé bastante tiempo en el último tramo.
Antes de llegar al km 9 ya hemos pasado por un par de cuestas de las de quitar el hipo. La verdad es ya me habían avisado pero no pensaba que pudieran ser tan duras. Esto me desmoraliza un poco porque empiezo a pensar en lo que me queda por sufrir.
El km 10 lo pasamos en 53' y pico. He conseguido recuperar bastante y ahora sé que me toca sufrir.
Hasta ese momento he ido con la pareja que tomé de referencia y que me han servido para hacerme la carrera más amena. Uno de ellos empieza a flojear y el otro empieza a tirar un poco más. Me coloco entre los dos pero ya cada uno debe ir a su ritmo.
Comienzan a aparecer una serie de cuestas impresionantes que hacen que los resoplidos de los corredores sean constantes y cada vez más sonoros.
En la cara de la gente se ve quien va sufrir mucho y quien va más o menos bien. Psicológicamente me veo fuerte y además he empezado a contar los kilómetros hacia atrás, lo que también ayuda.
A las 7:10 am toca diana. No he podido dormir mucho por los nervios y la inquietud que me acompañaron durante la semana anterior y que ya plasmé en este blog.
Decido no arriesgar con tonterias y desayunar lo mismo de siempre.
El día antes me preparé un plátano para llevarme y tomármelo antes de la carrera pero, como no podía ser de otra manera, me lo dejo olvidado en mi casa.
Total, que a las 7:45 ya estamos en camino Jesús y yo a tierras madrileñas. Nos plantamos allí a la hora justa, localizamos fácilmente la salida y hasta nos da tiempo a re-desayunar.
Nos colocamos en la salida en un punto intermedio. Un poco más adelante de donde me correspondería por mi nivel, pero es que no me mola nada salir culero.
Una vez que ya han pasado 2 km, decido que es la hora de buscar una referencia. Localizó a dos hombres que van delante de mi, un pelín más rápido, pero a un ritmo que puedo mantener, sobre todo porque la primera mitad de la carrera tiene un perfil favorable.
Voy por encima de mis previsiones aunque me dejo llevar un poco, pensando que ya perderé bastante tiempo en el último tramo.
Antes de llegar al km 9 ya hemos pasado por un par de cuestas de las de quitar el hipo. La verdad es ya me habían avisado pero no pensaba que pudieran ser tan duras. Esto me desmoraliza un poco porque empiezo a pensar en lo que me queda por sufrir.
El km 10 lo pasamos en 53' y pico. He conseguido recuperar bastante y ahora sé que me toca sufrir.
Hasta ese momento he ido con la pareja que tomé de referencia y que me han servido para hacerme la carrera más amena. Uno de ellos empieza a flojear y el otro empieza a tirar un poco más. Me coloco entre los dos pero ya cada uno debe ir a su ritmo.
Comienzan a aparecer una serie de cuestas impresionantes que hacen que los resoplidos de los corredores sean constantes y cada vez más sonoros.
En la cara de la gente se ve quien va sufrir mucho y quien va más o menos bien. Psicológicamente me veo fuerte y además he empezado a contar los kilómetros hacia atrás, lo que también ayuda.
Hablo con unos y con otros para informarme de como es de duro lo que me queda.
Entre el km 16 y 18 hay dos cuestas matadoras, y sobre todo largas, que hacen que las pocas reservas que te quedan se vean mermadas casi en su totalidad. Hay que aprovechar los pequeños respiros que te deja el recorrido para recuperar lo más posible. Hasta ese momento había pensado que incluso podía llegar a estar cerca de 1h 50m, lo que, teniendo en cuenta que mi objetivo era 1h 59m, no estaba nada mal.
El km 19 ni lo veo pero uno de los sufridores que me acompañan en mi tortura me dice que ya lo hemos pasado. Parece que corro con un saco de arena en cada pie.
Sufro mucho los últimos kilómetros pero ya no hay ni que pensar en pararse, aunque adelanto a más de uno que va caminando. Esto me da moral extra aunque me esté cayendo una minutada en estos últimos kilómetros.
No veo el momento de entrar en la meta.
Entramos en el estadio y.... ¡¡¡por fin!!!, LA META. Esprinto un poco para la foto, levanto la mano como gesto triunfal, y.... como siempre,con la emoción, se me olvida parar el crono. Cuando lo paro marca 1h 55m 50sg, así que calculo que habré hecho alrededor de 1h 55m 40sg (el reloj oficial marcaba 1h 56m 04sg. (nota del 27/02/2008: Tiempo oficial con el chip: 1h 55m 20sg)
Estoy muy contento con esa marca ya que ni mucho menos me esperaba bajar casi 5 minutos. Creo que en la Media de Madrid lograré bajar esta marca.
¡Y encima nos llovió!.
Para ver mi entrada triunfal pinchad aquí (cuando el reloj marca 1h 56m aparezco)
http://corriendovoy.com/videos/ver_video.php?sec=3&carrera=latina&video=Latina010.flv
Siguiente objetivo: 14 km http://www.aapbt.com/
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