domingo, 18 de enero de 2009

Mitja Santa Pola 2008


Y como ya os avancé... he tenido que tirar de la épica para llegar a meta.

La historia de esta aventura comienza un día de noviembre que se me ocurrió comentar a Jesús que había una media maratón muy famosa en el pueblo costero donde mis suegros tienen un apartamento: Santa Pola.

Al final acabamos inscribiéndonos 4 miembros de "Atletismo Polán" y metiendo en el "embolao" a nuestras respectivas que, aunque al principio se mostraron reticentes, al final acabaron apuntándose.


El contingente, por tanto, lo conformamos:

-Jesús.
-Antonio
-Elena.
-Alfredo.
-Mª Jesús.
-Rosi.
-Víctor.

La salida hacia lo que más tarde se convertiría en mi infierno particular, fue finalmente el sábado por la mañana. Poco después de las 3 arribamos a puerto (nunca mejor dicho) y comimos en un sitio que los miembros masculinos del equipo nunca olvidaremos debido a las "grandes dotes" para el servicio que tenía la camarera que nos sirvió.

Una vez bien comidos, nos dimos un paseito, recogimos los dorsales e hicimos algunas compras para poder desayunar al día siguiente. Organizamos las camas y nos dispusimos a encontrar un lugar para cenar. El camarero, esta vez, no estaba tan bien "dotado" para el servicio como la chica que nos atendió en el lugar donde comimos, pero bueno .... teníamos hambre y acabamos con todo. Después un cafetito y para casa a dormir.

8:00 am. Arriba.

Desayunamos, nos ponemos el traje de luces, las tiritas en los pezones, y cremita por las piernas(esto puede sonar rarito, pero es algo habitual entre los corredores).

Calentamos, estiramos... y para la salida. Nos colocamos bien. Dan la salida y empiezan a sonar tracas y la calle se llena de humo y de papelitos de colores.

Jesús, Alfredo y Antonio se marchan por delante. Sé que tengo que hacer la guerra por mi cuenta y me mentalizo de no empezar demasiado rápido para luego poder mejorar en la 2ª mitad de la carrera.

Quedamos con la chicas en que se van a situar en un punto determinado por donde teníamos que pasar varias veces. En el primer paso por esa zona me coloco perfectamente para la foto, pero cuando llego al punto concreto me encuentro que están justo al otro lado de la acera. Bueno, no pasa nada. Pienso que cuando vuelva a pasar me colocaré en aquel lado y así me sacarán la foto pero... cuando me voy acercando me doy cuenta de que resulta que se han cambiado de lado. Fallo grave de organización.

Los primeros 10 kilómetros los hago al ritmo esperado, aunque noto que voy algo agobiado por la humedad y el calor. A esas alturas ya me he cruzado con Alfredo y Antonio en una calle de doble sentido y recibo unos gritos de ánimo que me ayudan algo a incrementar el ritmo. Paso por el km 10 en 53 minutos. Voy bien de tiempo.

Un poco más delante el recorrido incluye unos metros por tierra de playa. Ahí se me va un poco el tobillo que ya traía dañado de casa (secuelas del fútbol sala) y comienza mi sufrimiento.

El dolor se va acentuando zancada a zancada y al llegar al kilómetro 12 divisó unos chicos de la cruz roja. Me paro y les pregunto que si tienen algo de reflex. Me dice que no, que tiene anti-inflamatorios. Me parece tan absurdo que se me ocurre preguntarle si me lo tengo que tomar cada ocho horas o qué. En fin, el tío, ante mi cara de estupefacción, se presta a hacerme un pequeño reconocimiento in situ. No me vale de mucho pero el haberme parado me ha ayudado a coger algo de fuerzas.

Del 12 al 17 voy a duras penas pero voy. Pienso mil veces en retirarme, hacer trampas, coger un taxi .. pero al final el angelito bueno gana al diablillo rojo y decido tirar de orgullo (además de que hay miembros de la organización en cada punto donde se podían coger atajos).



A esas alturas veo a otros chicos de la cruz roja y me vuelvo a parar a ver si con estos tengo más suerte. Esta vez sí tienen reflex... ¡menos mal!.

Ya me he dado cuenta desde hace tiempo que mi único objetivo es llegar y que el tiempo da igual a esas alturas.

Decido pegarme a dos atletas para sentirme arropado, pero me sirve de poco ya que, a los 10 segundos de haber tomado esa decisión, se ponen a andar.

Tras un esfuerzo sobrehumano consigo afrontar la recta de meta junto a un grupillo. Esta vez no hay sprint glorioso. Sólo tengo ganas de dejar de correr de una vez y de beber muuuucho.

Casi me da vergüenza mirar el reloj pero, por otro lado, pienso que otros en mi lugar se hubieran retirado mucho antes.

Todos estaban preocupados por mi. Incluso Rosi llegó a pensar que me iban a tener que ir a por mi al coche escoba.

Jesús se ha marcado un tiempo espectacular: 1h:38m


Alfredo y Antonio han llegado a la par como buenos amigos. (1h 41).




¿Qué hemos sacado en claro de este viaje?

- Un primo nuevo para Rosi. (Resulta que Alfredo y Rosi son primos segundos y no lo sabían).
- Una MMP para Jesús.
- Nos han quedado totalmente claras las posturas (opuestas) de Elena y Jesús sobre Raúl (el del Madrid).
- María Jesús es capaz de fumar menos de un paquete al día.
- Antonio pensaba que iba a dormir a la intemperie (se trajo el saco de dormir y una esterilla).

Corto y cierro.

P.D.: Al final me han dado hasta una medalla.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Animo Víctor !!. Piensa que estando cojo has llegado en el mismo tiempo en el que yo hago el recorrido cuando estoy en mi mejor momento de forma.
Lo que no te voy a perdonar es que hayas escrito "arrivar", ya que de sobra sabes que en castellano es con "b". Incluso en valenciano es con "b". En inglés es con "v". Supongo que estás afectado por la falta de oxígeno. (Tu hermano primogénito).

Anónimo dijo...

Buena cronica , pero te tengo que decir que hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor,la electricidad y la energía atómica,
LA VOLUNTAD.(Albert Einstein)
Y tu en esta carrera en voluntad has ganado a muchos.
Asi que Enhorabuena.

Alfredo

Anónimo dijo...

qué grande Víctor!!! ese es el espíritu de sufrimiento es espectacular...ojalá otros pudiésemos intentarlo. mucho ánimo en getafe!

Mario